Orientaciones prácticas en la relación Centro - Padres
La comunidad educativa debe plantearse el tema de la comunicación, no tanto como fin en sí misma, sino como medio que facilitará las interrelaciones personales y colectivas y, en consecuencia, generará un espacio de diálogo en el que se puedan operativizar los objetivos educativos. La práctica cotidiana nos muestra que, con frecuencia, maestros y padres intentan hallar salidas a sus conflictos. Al no encontrarlas, a menudo se generan situaciones agresivas y de incomunicación que deterioran la imprescindible coherencia que debe presidir todo acto educativo. Comunicarse puede resultar difícil, entendiendo que para ello hacemos uso de la conducta verbal y no verbal. Veremos a continuación algunos aspectos prácticos que distorsionan la comunicación.
• Generalizaciones: · «Todos los padres te plantean lo mismo.» · «Nada resulta bien.» · «Siempre sucede lo mismo.» · «Todos los hombres son iguales», etc.
• Uso de códigos de lenguaje distintos: · uso de palabras con distintas connotaciones; · utilización de abstracciones, simbolismos o metáforas. · Desigualdad en la forma de interpretar el mundo.
• Falta de información previa: · sitúa a los interlocutores a distintos niveles, generándose interpretaciones dispares de un mismo hecho. · crea expectativas iniciales distintas.
• Fantasías de carácter personal o colectivo y reticencias: · «Seguro que no se atreve a decírmelo todo.» · «Cuando el maestro me llama será porqué algún problema debe tener mi hijo.» · «Si me ha pedido una entrevista será que quiere quejarse de algo».
• Presuponer que el otro comparte nuestros sentimientos, percepciones, etc.: · «Seguro que a él tampoco le gusta.» · «Evidentemente todos sabemos que los niños son...» · «¿Cómo es posible que te guste...?»
• Suponer que la percepción que uno tiene es inmutable: · «Así es la vida.» · «Qué le vamos a hacer si mi hijo es así.»
• Tendencia a dicotomizar las alternativas: · «Estás de acuerdo conmigo o no.» · «O se tiene éxito en la vida o se es un fracasado.»
• Utilización de mensajes incompletos: · «Como puede suponer... el resultado es obvio.» · Suponer que el otro ya nos entiende.
Para evitar estos problemas es necesario que la comunicación sea funcional, tanto por parte del emisor del mensaje como por parte del receptor. Para ello conviene que en cada interlocutor se cumplan ciertas condiciones. • expresar con firmeza su opinión; • utilizar una terminología clara y sin ambigüedades; • hacer las aclaraciones que sean precisas; • esperar la réplica del otro y aceptarla, etc.
En general, hay que evitar la práctica de los aspectos distorsionadores antes mencionados. Sería un error pensar que en una entrevista no pueden existir factores entorpecedores, pero si creemos que es importante tomar conciencia de ello e intentar subsanarlos, siempre a partir de un diálogo franco y abierto.
¿QUÉ HEMOS DE COMUNICAR A LOS PADRES?
En relación al centro
• Proyecto educativo y reglamento de régimen interior. • Cuestiones de orden económico. • Deliberaciones o decisiones del consejo escolar o del claustro que repercutan en la marcha de todo el colectivo. • Normas generales del centro durante un curso determinado. • Temas de índole general que afecten a toda la comunidad educativa (programa de acción conjunto, campaña,...).
• Evaluación de los objetivos propuestos. En la medida en que los padres participen más activamente en el consejo escolar y vayan creando canales propios de comunicación, dejará de ser necesaria la intervención directa de los maestros en muchos de estos aspectos.
En relación a sus hijos
Conviene informar a los padres acerca de la evolución de su hijo o hija en los siguientes aspectos: · rendimiento académico; · relación con los compañeros y compañeras; · relación con los profesores; · proceso de maduración: - psicológico, - psicomotriz, - cognitivo y desarrollo del pensamiento, - afectivo; · hábitos de trabajo y de estudio; · hábitos conductuales. Es importante tener presente que la evaluación del proceso de los alumnos debe darse en términos positivos, haciendo hincapié no tanto en lo que falta por conseguir sino en lo que ha alcanzado. Igualmente, también habrá que informar acerca de aspectos más generales: · objetivos y actividades que se desarrollan durante el curso a nivel de clase, ciclo o escuela, y que afectarán a la dinámica del grupo-clase; · problemas o situaciones puntuales que se produzcan en el grupo; · organización general del trabajo en el grupo-clase; · orientaciones de carácter práctico para los padres que potencien al máximo las capacidades del niño o niña y respondan a sus intereses y necesidades.
¿CÓMO HEMOS DE COMUNICARNOS CON LOS PADRES?
Diferenciaremos dos formas fundamentales de establecer relaciones directas entre el maestro y la familia.
La entrevista personal con los padres de un/a alumno/a en concreto
En este caso, también podemos distinguir dos tipos de entrevista: · De información general, sin que necesariamente exista algún problema a resolver. · Con planteamiento de un problema concreto, y, en tal caso, deberemos situar el problema en su contexto, haciendo notar las circunstancias percibidas y dando opción a que los padres hagan sus aportaciones. En cualquiera de los dos tipos deberemos tener en cuenta lo siguiente: · objetivo que se quiere alcanzar; · contenido (concreción de las cuestiones a tratar); · estrategia para desarrollar la sesión; · evaluación.
Objetivo que se quiere alcanzar Es importante que nos preguntemos acerca de lo que queremos conseguir con la entrevista. Incluso será bueno que lo escribamos para centrar más nuestra atención (no olvidemos que un maestro tiene muchos alumnos a los que atender). Para concretar los objetivos de la reunión hemos de ser realistas. Si vemos que los objetivos son varios y que, por tanto, no va a ser posible abordarlos todos, es preferible prever más de una sesión y determinar qué queremos conseguir en cada una de ellas, para no cargar en exceso las reuniones.
Contenido Respecto a la concreción de las cuestiones a tratar es conveniente prepararse un breve guión que nos facilite la entrevista evitando al máximo las dispersiones dialécticas. De forma esquemática sintetizaremos las ideas prin-cipales que queremos comunicar.
Estrategia Respecto a la estrategia a seguir en las entrevistas, debemos procurar que se den ciertas condiciones: · que el lugar de la entrevista favorezca la intimidad; · evitar las barreras físicas entre entrevistador y entrevistado; · crear un clima cordial (evitar el exceso de protocolo en la medida de lo posible); · facilitar una situación relajante; · explicitar al inicio de la entrevista el objetivo; · intentar captar las posibles reticencias, fantasías, etc., de los padres y procurar deshacerlas; · escuchar y hacer notar nuestro interés sin adelantarnos a las manifestaciones de la otra persona; · ser claros y concretos en nuestras afirmaciones; · al final de la entrevista hacer un resumen de lo tratado y de los acuerdos tomados; · procurar una despedida cordial: el entrevistado/a debe salir con el deseo de otro encuentro.
Por tanto hemos de evitar lo siguiente:
· absorber la entrevista con nuestra charla; · convertir la reunión en un interrogatorio; · pretender solucionarlo todo en una entrevista; · exteriorizar que no disponemos de mucho tiempo; · demostrar nuestra preocupación por el problema como si fuera irresoluble; · pretender hallar los culpables de las situaciones negativas; · adoptar tonos o actitudes autoritarias; · ser dogmáticos.
Evaluación Debe realizarse una evaluación objetiva de la entrevista para comprobar si se han alcanzado los objetivos propuestos. La evaluación debe hacerse conjuntamente con todos los que han intervenido directamente en ella.
Las reuniones con grupos de padres
Pueden dirigirse a ámbitos diversos: · algunos padres del curso; · todos los padres del grupo-clase; · todos los padres de un mismo nivel (varios grupos) o de un mismo ciclo; · un pequeño grupo, para tratar en comisión un tema específico. La elección del tipo de reunión más apropiado deberá hacerse en función de la temática y de los objetivos que queramos alcanzar. Los tutores deberán valorar en cada momento si es preferible la reunión general o bien las reuniones parciales.
¿Qué hemos de tener presente al preparar una reunión? Si se trata de la primera reunión conviene conocer «la historia del grupo». Nos puede ayudar la opinión de compañeros que hayan conocido el grupo. Nos plantearemos diversos factores: · los objetivos de la reunión; · el contenido de la sesión; · el número de asistentes que se prevé; · los recursos y material de que dispondremos; · qué técnica de dinamización vamos a utilizar; · cómo evaluaremos la sesión.
Recomendaciones prácticas para dinamizar un grupo · Colocación de los asistentes. Siempre que sea factible se colocarán en círculo y sin barreras físicas (mesas, columnas,...). Se procurará que las sillas ya estén colocadas cuando lleguen los padres. · Presentación de los asistentes. Se dará la oportunidad de que cada uno diga su nombre y cuantos datos desee añadir. Con ello no se pretende que todos los asistentes se conozcan en un instante, pero si nos ayudará a la creación de un clima cordial. · La mirada de quien dirige la reunión. La persona que conduce la reunión procurará mirar a todas las personas del círculo durante sus intervenciones. Debe evitarse el fijar la mirada en unas pocas personas, de ello va a depender, en parte, el mayor o menor grado de integración de todos, el clima que se genere, la motivación, etc. · Valorar la asistencia de las personas presentes. Existe cierta tendencia a hacer alusiones al bajo nivel de asistencia; en su lugar, se obtendrán efectos más positivos si valoramos la asistencia de los presentes. · Objetivo de la reunión. Debe explicitarse con claridad el objetivo de la reunión por evidente que éste sea, así como determinar las «reglas de juego» de la sesión (método de trabajo, turno de intervenciones, etc.). · Si la sesión fuera continuación de una anterior, es importante resumir brevemente lo dicho o acordado. · Hacer uso esporádicamente del «feed-back» (por ejemplo, a través de alguna pregunta lanzada a todo el grupo o a alguna persona en particular). De esta manera podemos cerciorarnos de que nuestra exposición se ha captado correctamente y en todo su sentido. · Al terminar, conviene hacer un breve resumen de la reunión, y remarcar los puntos clave y los acuerdos tomados. Es muy positivo que para hacer este resumen solicitemos la ayuda de los asistentes. · Facilitar la intervención de todos los asistentes (para ello citamos más adelante algunas de las técnicas más usuales). · Evaluación de la sesión.
Información: wikipedia.